La noticia de la reorganización financiera de Enjoy ha sacudido fuertemente el mercado esta semana, generando una cascada de reacciones que llevaron las acciones de la compañía a una caída abrupta del 60 por ciento, alcanzando un mínimo de 0,35 dólares por título. Aunque al cierre del martes se observó una leve recuperación, con un valor de 0,524 dólares por acción, la magnitud de la depreciación fue impresionante, marcando un 40,11 por ciento de descenso.
Este episodio no es el primero en la historia reciente de Enjoy; de hecho, es el segundo proceso judicial de reorganización que enfrenta la empresa en apenas dos años. La primera reestructuración, completada con éxito en 2022, también tuvo un impacto negativo en las acciones, con una disminución del 32,98 por ciento. La repetición de un proceso similar en tan poco tiempo ha dejado a inversores y analistas perplejos, mientras buscan comprender las razones detrás de la incapacidad de Enjoy para mantener su estabilidad financiera.
La compañía tomó la decisión de someterse a este nuevo proceso de reorganización financiera después de presentar la documentación correspondiente a la Comisión del Mercado Financiero (CMF). En el comunicado, Enjoy admitió su incapacidad para cumplir con las obligaciones hacia sus acreedores utilizando los flujos de dinero que esperan tener en los próximos meses. Esta confesión llevó a la conclusión de que era esencial atravesar nuevamente el complicado proceso de reestructuración.
Al reflexionar sobre el desarrollo posterior al proceso exitoso de 2022, Enjoy explicó que las metas establecidas no estuvieron a la par con la recuperación de la industria. La compañía atribuye este desajuste a la demora en el levantamiento de las medidas sanitarias y un aumento notable de la inflación, factores que afectaron adversamente sus operaciones y perspectivas de crecimiento.
El anuncio de la reorganización financiera también estuvo marcado por la renuncia del hasta entonces gerente general, Eliseo García. Su decisión fue comunicada durante una sesión ordinaria de directorio, donde se mencionó que presentó su renuncia voluntaria para asumir nuevos desafíos profesionales a partir de esa fecha. Esteban Rigo-Righi fue designado como gerente general interino y se le encomendó la tarea de explicar los motivos detrás de este nuevo proceso judicial.
Rigo-Righi destacó que la decisión de someterse a la reorganización era la mejor alternativa para garantizar la sustentabilidad de la empresa y sentar las bases para su proyección futura. Afirmó que se consideró especialmente el bienestar de empleados, clientes, proveedores y acreedores en esta determinación. Además, reveló que Enjoy no logró la recuperación esperada después de la pandemia y se vio obligada a suspender algunos proyectos de expansión. Las mayores complejidades enfrentadas por la empresa superaron las expectativas iniciales, según Rigo-Righi, lo que motivó la necesidad de este proceso de reorganización financiera.
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